La obsesión en esta colección de cuentos de Julián Isaza es la muerte o, mejor (peor) aun, el acto de morir, de matar, de ser muerto. En ellos mandan los asesinos solitarios y demenciales. De las víctimas sabemos por los fenómenos físicos que ocurren en su cuerpo al impactar el disparo, al recibir el golpe, al consumir el veneno. No hay lugar a la compasión ni a la ternura. Hasta en las pocas historias donde se asoman el amor o el sexo, uno y otro se presentan como armas. Con pocas palabras el autor logra trasladarnos allí como si nos encerrara en un cuarto frío rodeado de carne en canal. Sus cuentos son hijos del cine de Tarantino y Spielberg, de la televisión, de los cómics, de Internet, pero también de las estructuras literarias clásicas. Por eso, al mismo tiempo, concurren en ellos las onomatopeyas (arrghhh, plop, plac, bang) y los múltiples puntos de vista. Cosas e individuos, que a menudo son lo mismo, flotan en un mundo extraño y casi etéreo, irreal. Creación pura.
Daniel Samper Pizano
JULIÁN ISAZA NIÑO nació en 1979 en Villavicencio, Colombia, y a los siete años se radicó en Bogotá con su familia. Graduado en Comunicación Social con énfasis en periodismo en la Pontificia Universidad Javeriana en 2004, de inmediato comenzó a colaborar para diversos medios escritos. En la actualidad se desempeña como editor de una revista de la casa editorial El Tiempo.
En 2009 ganó el Premio Internacional de Periodismo Rey de España por su crónica “Atlas es chocoano”, publicada en la revista donde trabaja. A finales de ese mismo año terminó la Maestría en Escrituras Creativas en la Universidad Nacional de Colombia. Ondas Expansivas es su primera obra publicada. Al día de hoy trabaja en una novela.
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