«(…)Que se llame Rosa de Luci Porchietto, que propone un abanico del cual forman parte el baile, los versos, los boleros, las vedettes, la belleza, las bebidas, lo vivo. El texto es de una lectura ágil, cínica y divertida. Es necesario entrar en el código y registro que maneja Porchietto, que va más allá de las palabras lo interesante son las estructuras que genera, los formatos elegidos para comunicar y relacionar conceptos e ideas que movilizan. La memoria es un recurso al que apela con frecuencia desde pequeños símbolos que marcaron generaciones y funcionan como guiños con el lector, generando complicidad y empatía (…)»