Por Rafael Cely y Mónica Vilá para Mohan. Crítica literaria
«(…) Julián Isaza: El género policiaco, el género negro y la ciencia ficción son considerados como divertimentos y se ven con menosprecio y con sospecha. Me parece un poco injusto porque hay grandes autores de ciencia ficción y policiacos que son increíbles y que realmente su literatura es de la más alta calidad. Lo que decía de los autores jóvenes es una apreciación muy personal y, sin ánimo de ofender a nadie, es que me parece que ahora hacen literatura un poco más fácil y la engrandecen para que se vea más elevada de lo que realmente es. Puntualmente a lo que me refiero es que si uno coge a los autores colombianos, con contadas excepciones, lo que encuentra es un compendio de un poco de anécdotas, un poco de lo que pasa en el país, como recortes de prensa, como verlo en una novela. Esa es mi impresión. O cogen los cuentos y siempre está la parte clichesuda, que es la droga, la noche, la ciudad, el personaje extraño y un poco estrambótico que va y se enrumba, y no sé qué, y al final nada pasa, como que simplemente es una anécdota y cierran la historia con esos finales abiertos que bien manejados pueden ser una cosa extraordinaria pero que cuando ya se vuelven un cliché no me satisfacen como lector.
R.C: ¿Hay una intención por universalizarse un poco? Porque uno puede notarla al leer sus relatos, salvo contadas excepciones, como en “El policía y la víctima”, donde hay un juego con el lenguaje más coloquial. Pero los otros podrían estar situados casi en cualquier ciudad gringa o latinoamericana…
M.V: También tiene que ver con los nombres de los personajes.
J.I: Eso es totalmente intencional y me lo planteé así desde el principio. Incluso, este libro también fue mi Tesis de grado de la maestría y cuando llego a los jurados, una de las preguntas era, “por qué no le pone a los personajes un nombre de acá, Mauricio, Juan o José”. Y lo que yo le respondía a la jurado era que, si yo le ponía un nombre como José, pongo en un contexto a un personaje y lo amarro a un lugar y a una atmósfera. Con solamente un nombre uno se imagina una cantidad de cosas y mi intención era hacerlo un poco más global, que pudiera pasar en cualquier parte del mundo. (…)
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