por Patricia Kolesnicov, para Clarín
Es tan fácil: se busca un título, al voleo o en algunos sitios, se hace uno, un par de clicks y listo, baja a la computadora de uno, por ejemplo, La caverna, de Saramago; por ejemplo, Santa Evita, de Tomás Eloy Martínez, por ejemplo Las particulas elementales, de Michel Houellebecq. Si uno fuera a la librería hoy y comprara la edición más barata de cada uno de esos libros, gastaría por los tres 185 pesos. Pero acá, en el sillón de casa y a puro click eso puede ser gratis.
Esto, muchos clicks, fue lo que hizo que la escritora española Lucía Etxebarría –que en 2004 ganó los 600.000 euros del Premio Planeta– pusiera el grito en el cielo la semana pasada. Su novela El contenido del silencio, contó en Facebook, se pirateó más de lo que se vendió. Entonces ella decidió dejar de escribir. “Empieza a ser hora de que me busque un trabajo”, dijo.
(…) Guillermo Schavelzon –representante, entre otros, de Paul Auster, Andrés Neuman y Marcos Aguinis–, habla del “descontrol de la piratería”, y dice que sí, que el futuro de los escritores está en riesgo: “Aunque el E-book en España es el 1% de la venta de libros, esto crecerá y cuando esté en manos de un gigante de la informática, pagarán miseria a los autores, a los editores y ellos ganarán millones”.
(…) Lo ve de manera diferente Octavio Kulesz, responsable de la editorial digital Teseo. “Efectivamente, en muchos casos, las copias no autorizadas terminan canibalizando las ventas”, dice. Pero “las descargas ilegales son apenas un síntoma cuya causa real hay que buscarla en la falta de una oferta adecuada. Lo que pone en riesgo la actividad de los escritores no es ni la era digital ni Internet sino la falta de flexibilidad del negocio vigente. Existen modelos que permiten monetizar ventas de contenidos digitales pero por pereza o por rigidez, las compañías analógicas no los exploran”. El sur, dice Kulesz, es distinto del norte. “Acaba de abrir en Latinoamérica ITunes (¡10 años después que en Estados Unidos!), con precios exorbitantes: si las copias no autorizadas se multiplican será en gran parte responsabilidad de ese modelo que no tiene en cuenta al lector local.”
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