Max Gurian ha construido siete cuentos de taimada arquitectura, que propician la puesta en escena de duelos y dobleces. Siete ambientes luminosos y asfixiantes, sin ventanas. Espacios ilusorios en los que todo es espectro y simulacro, dibujo sobre una pantalla, retrato fallido o imposible calco de la infancia.
Hermanos mellizos comparten la propiedad de un garage y la pericia para administrar un espacio que saben, desde el vientre materno, insuficiente; en plena crisis económica del 2001 un traductor se entrega con vehemencia a la dudosa práctica de la sinonimia y engendra una versión acriollada y delirante de Madame Bovary; Agustina Migno, infame pianista de provincia, es recordada por su carrera como apuntadora en una semblanza tan conmovedora como injuriosa.
Museos de arte, hoteles familiares (y de los otros), ruinas griegas devenidas destino turístico: lugares de la memoria y el olvido en que los protagonistas de Condominio buscan producir un desplazamiento que trastoque el decorado del mundo y posibilite la inscripción –o el borramiento– del nombre propio.
Tras las engañosas superficies de Condominio, alejado por igual de énfasis costumbristas y arrebatos confesionales, Max Gurian trabaja el lenguaje a fuerza de sustracción, abriendo en su interior una grieta y conectándolo –no sin violencia– con su intemperie.
Diego Peller
MAX GURIAN (Buenos Aires, 1975) es docente de literatura en la Universidad de Buenos Aires, traductor y crítico. Ha publicado artículos y reseñas en medios académicos y suplementos literarios, como Radarlibros del diario Página/12, entre otros. Actualmente escribe para la Revista de libros de España.
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