«(…)Soltar amarras es un libro para disfrutar, para saborear. Su prosa es exquisitamente prolija y adecuada. Su ritmo y su cadencia van cambiando y ajustándose a lo que cuenta cada relato. Es un libro de mucha musicalidad fonética. Y cada ritmo, cada coma y cada pausa son fieles a lo que se narra. Rico en vocabulario, cada palabra parece haber sido sesudamente seleccionada, imitando el trabajo de un talentoso y aplicado artesano (…)»