«(…) El conjunto de cuentos de Condominio, teniendo en cuenta que se trata del primer libro de Max Gurian, es parejo y en su variedad, demuestra destreza del autor (y también la búsqueda de un estilo propio). Se destacan, como antes lo mencioné, “Los autos locos” e “Insumos varios”, cuentos enmarcados en la ciudad de Buenos Aires y sus ritmos urbanos postcrisis 2001, con personajes sólidos y rutinas que cobran valor por el tono de la narración (en «Insumos varios», la tarea del sinonimista es un gran hallazgo literario y su riqueza pasa por los interrogantes que abre en el lenguaje y su uso). Lo interesante de estos dos cuentos es que justamente lo político-ético no pasa tanto por el marco urbano-social (…)»