Por Gustavo Bueno Rojas para el periódico cultural La palabra
» (…) Las historias de Ondas Expansivas se recubren de un dulce olor a muerte, desesperación y rutina. Isaza crea mundos extraños en donde Paris Hilton, la heredera, cae en llamas desde un piso 33 y los asesinos se convierten en víctimas de sus propias víctimas. La rutina le gana a las ansias de vivir y los personajes terminan por pegarse un tiro en la cabeza. El amor desaparece entre las balas y la muerte se pasea por cada una de sus páginas. Los mundos de este libro se distorsionan en finales inesperados y el fundido a negro llega en el momento justo. En estos cuentos el lector tendrá la oportunidad de estar siempre en los zapatos del asesino.
Los cuentos de Isaza son imágenes que se entrecruzan como en una película de Tarantino o pueden sorprender como si fueran un filme de Spielberg. El lenguaje es mesurado y hace que las escenas emerjan por si solas para envolver al lector. Como dice Daniel Samper Pizano, “estos cuentos son hijos del cine, de los cómics, del Internet, de la televisión”. Pero también son hijos de lecturas asiduas y de un trabajo juicioso que duró más de cuatro años. Isaza cuida el lenguaje, que es la materia prima del escritor, lo moldea y luego da a luz esta serie de relatos.
Ondas Expansivas es una serie de Short cuts, en donde el autor se juega por crear una diversidad de universos en muy pocas palabras, los cuentos no se extienden más de diez páginas e Isaza ha logrado hacer historias redondas y cuidar las estructuras de cada uno de los ocho relatos que componen este volumen de cuentos, que están unidos por un tema en común: la muerte. (…)»
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