“En una época de incertidumbre, borrar signos de interrogación sobre la poética de dos países representa un signo de confianza. Conforman esta topografía arbitraria, hecha para cruzar una frontera hasta el momento inexplorada, 14 poetas argentinos y 15 poetas dominicanos: José Acosta, Julio Adames, Ezequiel Alemian, Frank Báez, León Félix Batista, Jacqui Behrend, Basilio Belliard, Lucía Bianco, Fernando Callero, Vanina Colagiovanni, Plinio Chahín, Dionisio de Jesús, Cristian De Nápoli, Carolina Esses, Marcelo Galindo, Angela Hernández, Adrián Javier, Pablo Katchadjian, Verónica Pérez Arango, Santiago Pintabona, Sol Prieto, Agustín Privitera, José Mármol, Frank Martínez, Amable Mejía, Andi Nachon, Homero Pumarol, Martha Rivera y Médar Serrata.
De todos modos, podemos decir que más allá de la unión que fabrica nuestro idioma, un poeta de República Dominicana como otro de Argentina movilizan hacia nueva experiencias de percepción. Confirman, en definitiva, que escribir y leer son operaciones que involucran lo emotivo y la desobediencia a las lecturas canonizadas. En tal sentido, dar de leer es construir un lector insubordinado, que participe y cuestione lo dado. Quedará para ese lector, entonces, el vínculo que trace con otras lecturas que produzcan cruces inesperados (entre los poetas dominicanos, entre los poetas argentinos, entre ambos). En todo caso, que esta antología sea un mojón en el camino para mirarnos como sujetos sociales en un tejido cultural, histórico, político, económico y geográfico”.
Florencia Castellano
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