por Maximiliano Tomas, para Perfil «(…) En la Argentina sucede algo similar. En el 2009 se editaron 20.300 nuevos títulos, casi el doble que en 1999 y unos 300 más que en 2008. La cantidad de ejemplares producidos también muestra una leve caída: de 82 millones y medio de libros en 2008 a unos ...
Por Juan Manuel Candal para Leedor.com «(…) Uno de los grandes aciertos del libro es que el universo en sí está establecido previamente, y lo encontramos como huella fragmentada en la escenografía de cada relato, con lo que vamos aprendiendo casi sin notarlo cómo funciona. Cada cuento o viñeta...
«El fin de la noche» se llama el sello. Distribuye libros en internet («libre acceso de lectura online») y, además, ofrece formatos tradicionales en «impresión bajo demanda». Su lema: «Que los libros luminosos jamás se agoten». Dos ejemplares de su catálogo me llegan por mano de sus autores: Condomi...
por Matías Raia, para Golosina Caníbal «(…) El conjunto de cuentos de Condominio, teniendo en cuenta que se trata del primer libro de Max Gurian, es parejo y en su variedad, demuestra destreza del autor (y también la búsqueda de un estilo propio). Se destacan, como antes lo mencioné, “Los auto...
Aquí: en la sección «Cultura» del portal Artemisa, a cuyo link se accede cliqueando estas líneas Allá: en la sección «ABC Libros» de la revista colombiana Don Juan...
por Gabriel Cortiñas para No-Retornable «(…) Esa tierra pelada, despojada de su huella digital agropecuaria, es el principio creativo de una identidad. Si la identidad está ahí, en ese (y ahora sí) balance delicado entre el principio de creación y el de purificación —en El recreo— el agua será...
por Marcelo Zuccotti para Hablandodelasunto «(…)Fue entonces que me acerqué a una antología de poemas, seleccionada por Clara Muschietti y Carolina Sborovsky, editada con el sugestivo nombre de Lo humanamente posible bajo el sello de la editora El fin de la noche, entre los que se encuentra Ma...
por Pilar Medina parael blog teacuerdasdeaqueldía «(…) Soltar amarras es un libro para disfrutar, para saborear. Su prosa es exquisitamente prolija y adecuada. Su ritmo y su cadencia van cambiando y ajustándose a lo que cuenta cada relato. Es un libro de mucha musicalidad fonética. Y cada ritm...